Mirko Zilahy sorprende con Así es como se mata.
He decidido aprovechar los tres días de convalecencia para ponerme al día en las reseñas y, aunque debería comenzar por los libros que leí hace más tiempo, no he podido resistirme al último: así que aquí va mi opinión sobre una fabulosa novela negra.
Así es como se mata es la primera novela del escritor Mirko Zilahy, pero cualquiera lo diría: me ha cautivado absolutamente. Ya ha sido el libro más vendido en su tierra de origen, Italia, y en España va por el mismo camino. Eso sí, lo advierto desde el primer momento, no es apta para estómagos sensibles porque, aunque la han calificado como thriller, a mí me ha parecido una novela negrísima, no sólo por el asesino en serie que hay que atrapar a contrarreloj sino también por todos los fantasmas que asedian a los personajes.
Pero, como siempre, comencemos por el principio. El protagonista de esta historia es el comisario Enrico Mancini, un policía formado en Quantico con el mismísimo FBI, lleno de intuición y único en su trabajo. Pero no está pasando por su mejor momento ya que la muerte de su esposa lo ha despojado de cualquier esperanza y vive sumido en un abismo en el que sólo caben la soledad, los recuerdos dolorosos y las nuevas costumbres enfermizas: desde que su esposa desapareció de su vida el comisario utiliza unos guantes de los que no se desprende nunca, no le vamos a ver las manos en toda la novela. Que nadie se engañe, podríamos pensar que el estado de reciente viudedad del policía es otro ejemplo más del investigador amargado y autodestructivo de las novelas negras, pero no es el caso: Marisa, su esposa, muere de cáncer y la enfermedad estará muy presente a lo largo de las páginas de esta historia.
Todo arranca cuando a Enrico le encargan la investigación de un asesinato brutal que ha tenido lugar en la antigua zona industrial de Roma; y esta es otra novedad que introduce el autor: la Ciudad Eterna es irreconocible en la novela ya que las localizaciones son puntos alejados de los enclaves turísticos, lugares oscuros, abandonados, que recuerdan más a cualquier ciudad industrial inglesa que a la propia Roma. Sin embargo, investigando un poco, he descubierto que la lejanía no es tanta: el gasómetro, la antigua central eléctrica y algún escenario más de los que aparecen están situados a tan sólo un kilómetro del río. Y es precisamente el Tíber el que va a servir de hilo conductor tanto del asesino como de sus crímenes. Porque son varios, y muy cruentos. Lo que en un principio parece un hecho aislado pronto se muestra como lo que realmente es: la “obra” de un asesino en serie.
El comisario no va a estar solo en su investigación, lo acompaña otro policía, la fotógrafa forense, la fiscal que lleva el caso, un antiguo profesor de Mancini y el médico forense. Juntos tienen que buscar un cuartel general donde reunirse para poner en común los avances y, al mismo tiempo, evitar al jefe directo de todos, cuya única intención es anunciar a la prensa que el caso se ha resuelto. Aunque no sea verdad.
Aviso, sin destripar nada, que se va a saber quién es el asesino antes de lo esperado, no por mi gran olfato detectivesco, sino porque el autor así nos lo muestra; lo que nos da una pista de que tiene que haber algo mucho más importante en la finalidad de la novela que averiguar una identidad: esta es la historia de una venganza trazada de manera puntillosa en la que, llegado el final, el lector no sabe muy bien del lado de quién ponerse. Y esto también me ha dado en qué pensar porque este tipo de novelas suelo devorarlas y en este caso la he saboreado, deteniéndome en cada detalle, intentando ver un poco más allá de lo que mostraban las letras. ¿Saborear una novela negra? Es posible, de veras.
Creo que ya he contado suficiente como para que os animéis a leerla y, aunque tiene principio y final cerrado, un personaje como el comisario Enrico Mancini no podía acabar aquí y Zilahy ya ha confirmado que tendrá continuación.
En definitiva, una novela negra diferente, un debut impresionante y unos personajes llenos de fantasmas que espero que vayan saliendo poco a poco. ¿Os atrevéis? Es más que recomendable.
Así es como se mata
Mirko Zihaly
421 páginas
Editorial Alfaguara
Ufffff!!!!!! Ante esta reseña no hay quien se resista a esta novela. Me la apuntare en mi lista de futuras lecturas, que ya se esta convirtiendo en interminable.
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Pues a por él, que te va a atrapar desde el principio.
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He comenzado el libro. Se que no debería. Tengo pendiente de terminar La ciudad de los prodigios, pero lo vi en la biblioteca y me obligó a cogerlo. 😉
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Con semejante reseña no hay quien se resista a esta novela. Me la apunto en la lista de futuras lecturas, que se está convirtiendo en interminable.
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Otra más para leer, yo no doy a basto. Escribe pronto otra reseña.
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