Sí, habéis leído bien; a mí aún me parece mentira, y eso que ya han pasado unos cuantos días. Lo cierto es que fue una tarde maravillosa, con un autor sencillo, tímido, atento y de mirada limpia.
El día era muy especial: en la Librería Letras Corsarias se celebraba el primer aniversario de su apertura y puedo asegurar que allí dentro no cabía nadie más. Desde aquí va mi particular enhorabuena a un lugar maravilloso que espero que no cierre nunca. En este año no solo han pisado multitud de autores su suelo sino que nos han recomendado libros, nos han informado semana a semana de las novedades y han creado un espacio cultural que se ha vuelto imprescindible en Salamanca. Muchas gracias y no desaparezcáis, por favor.
Mi primer contacto con la literatura de Héctor Abad fue hace algo más de un año, con El olvido que seremos, una novela maravillosa que narra la realidad más dura de Colombia de primera mano: el autor hace un precioso homenaje a su padre, asesinado por seis disparos. A pesar de que la presentación era de su nueva novela, La oculta, fueron inevitables las referencias y las preguntas sobre su obra anterior.