Hoy os traigo la reseña de una novela que leí hace unos meses. Es una historia llena de historias, en la que confieso que me costó mucho entrar. Pero lo cierto es que, una vez finalizada, me gustó, aunque no me entusiasmó. Ya sabéis que cuando comencé el blog dije que siempre sería muy sincera con las reseñas de los libros: no sirve de nada mentir o recomendar una novela que no te ha gustado. Creo que cuando me encantan y me dejan huella se me nota, y cuando no, también. Esta vez es una del segundo grupo. Yo os cuento el argumento y mis impresiones y después decidís.
Empecemos por el principio, aunque en esta ocasión es un poco más complicado que de costumbre, hay muchos saltos en el tiempo y el espacio, también en la narración, incluso en la tipografía, varias historias discurren de modo paralelo, en el presente de la propia novela (que son los años ochenta) y también en su pasado (comienzo de los años cuarenta). En fin, que la estructura es compleja, y hace falta avanzar en la historia para ubicarse con claridad. Y los protagonistas son varios, en ambas épocas. Vayamos por partes.