Donde los escorpiones, Lorenzo Silva

Reseña: Donde los escorpiones, Lorenzo Silva.

No queda sino batirseTras unas cuantas semanas de estar absolutamente desaparecida he decidido volver por la puerta grande, con una novela fabulosa que tenía guardada en la recámara desde que llegó a casa por mi cumpleaños, tan solo dos días después de que saliera a la venta. Y he tenido que realizar un gran acto de fuerza de voluntad para no hincarle el diente en cuanto le quité el papel, porque llegaba el fin de curso, había que corregir exámenes y repasar otras lecturas. Pero como toda buena obra tiene su recompensa (de esto último no estoy nada segura), por fin he podido saborearla. Porque no la he devorado, la he degustado. Tengo frases apuntadas para no olvidarlas nunca, como ya he ido haciendo a lo largo de los años con las otras novelas de la serie. Afirmo rotundamente que mi vida no sería igual si Rubén Bevilacqua no hubiese aparecido. Por suerte lo hizo, hace ya casi veinte años, cuando yo era una adolescente que le birló el libro a su tío guardia civil –lo siento, Manolo, lo tengo yo-. El lejano país de los estanques se publicó en 1998 y por aquel entonces yo estaba buscando lecturas y mi personalidad (todavía no la he encontrado), al tiempo que tomaba decisiones trascendentales de esas que se toman cuando tienes diecisiete años… ejem. En esas me encontraba cuando me puse a cotillear en la estantería de mi tío, y, literalmente, el libro me saltó a las manos cuando estaba intentando sacar otro. Supongo que fue la casualidad, pero me gusta pensar que no, que algo extraordinario me puso frente a los ojos una novela que seguramente no hubiese elegido por mí misma. Leyendo la sinopsis vi que los protagonistas eran dos guardias civiles y teniendo en cuenta que el dueño del libro se dedicaba a lo mismo decidí leerlo. Y aquí estamos, unos cuantos años después y varias novelas para componer esta fantástica serie que espero que no acabe nunca.

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