Llevaba unas cuantas semanas con lecturas de lo más intensas, y a veces el cuerpo te pide cambiar, refrescar las ideas y leer algo que no te haga darle demasiadas vueltas a cada palabra. Así que cuando desde Maeva me propusieron esta lectura dije rápidamente que sí. Se presentaba como una novela optimista, llena de humor y recomendada para aquellos a quienes Los ojos amarillos de los cocodrilos les hubiera gustado. Y a mí aquella trilogía indefinible me encantó. De modo que me lancé a su lectura y el libro me duró una tarde, son 200 páginas que vuelan siguiendo las peripecias de una mujer que no está pasando por su mejor momento, aunque todo apunta a que las cosas van a cambiar…
Es una novela sencilla, no lo voy a negar, pero aun así toca varios temas que darían mucho de sí: las relaciones materno-filiales, la soledad, el modo de afrontar la vejez, la amistad, la solidaridad o las oportunidades que parecían perdidas. Nuestra protagonista es una suerte de Bridget Jones a la que le suceden los hechos más insólitos, pero nunca se rinde y consigue darle la vuelta a los problemas.
Rose es una mujer de 36 años que en la primera página de la novela se queda sin empleo: durante los últimos 18 años ha trabajado como niñera y la actual familia que la tiene contratada decide mudarse y cambiar de vida. Por otro lado, la relación con su hijo Baptiste se ha ido deteriorando poco a poco: él acaba de alcanzar la mayoría de edad y decide irse de casa para compartir su vida con Jessica, su novia. El pequeño mundo de Rose se desmorona y su autoestima también. La primera sorpresa llega cuando Véronique, una mujer de la alta sociedad la contrata para que trabaje en su casa: deberá cuidar a lo que más quiere durante sus frecuentes ausencias. Debido a las ventajosas condiciones económicas del empleo, Rose acepta y pronto conoce a Colette, la madre de Véronique, una mujer maniática y excéntrica que le da más de un quebradero de cabeza. Pero las instrucciones que le ha dejado su nueva jefa resultan confusas y poco recomendables para Colette… veremos que no es a ella a quien tiene que cuidar.
Asistiremos a mil malentendidos, a la especial relación que surge entre las dos protagonistas, a los intentos de Rose por recuperar la relación con su hijo, quien también le tiene preparadas unas cuantas sorpresas, y a las nuevas amistades que nacen en un entorno poco propicio. Esta novela rezuma esperanza en cada página, fe en que la vida puede cambiar a mejor, todo ello aderezado con humor y situaciones insólitas. Su lectura es ágil y el ritmo de la historia fluye de un modo muy ligero, a lo que contribuyen unos capítulos breves que animan a no dejar de leer. Es fresca, llena de positivismo y con un final feliz, que en los tiempos que corren, nunca está de más. Una buena opción para una tarde de domingo.
¡Dame un respiro!
Aurèlie Valognes
Editorial Maeva
216 páginas
Seguro que me va a gustar, últimamente no estoy leyendo pero ya voy a hacer tiempo para ello. Me vendrá bien volver a leer.
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