Encuentro con Javier Reverte

La tarde no acompañaba demasiado, pero eso no fue un impedimento para que el espacio creado en la Plaza Mayor de Salamanca con motivo de la Feria del Libro se llenara hasta la bandera: no cabía ni el frío, y puedo asegurar que lo hacía.

Mereció la pena todo, tanto la charla del autor como su presentación: breve, conmovedora y sincera. Así que desde aquí mi enhorabuena a Jorge Moreta por ejercer de perfecto maestro de ceremonias, dejando el protagonismo al autor, a quien dedicó unas hermosas palabras.

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Encuentro con Héctor Abad Faciolince

Sí, habéis leído bien; a mí aún me parece mentira, y eso que ya han pasado unos cuantos días. Lo cierto es que fue una tarde maravillosa, con un autor sencillo, tímido, atento y de mirada limpia.

El día era muy especial: en la Librería Letras Corsarias se celebraba el primer aniversario de su apertura y puedo asegurar que allí dentro no cabía nadie más. Desde aquí va mi particular enhorabuena a un lugar maravilloso que espero que no cierre nunca. En este año no solo han pisado multitud de autores su suelo sino que nos han recomendado libros, nos han informado semana a semana de las novedades y han creado un espacio cultural que se ha vuelto imprescindible en Salamanca. Muchas gracias y no desaparezcáis, por favor.

Mi primer contacto con la literatura de Héctor Abad fue hace algo más de un año, con El olvido que seremos, una novela maravillosa que narra la realidad más dura de Colombia de primera mano: el autor hace un precioso homenaje a su padre, asesinado por seis disparos. A pesar de que la presentación era de su nueva novela, La oculta, fueron inevitables las referencias y las preguntas sobre su obra anterior.

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Encuentro con Alejandro Palomas

Es la segunda vez que lo veo y en el mismo entorno, en la librería Letras Corsarias de Salamanca. Dice que le gusta mucho, que el azul de las paredes le transmite buenas vibraciones y que la ciudad, castellana y rara, también le gusta: tanta monumentalidad se mezcla con gente que no para de ir y venir, siempre hay movimiento y parece que lo percibe en cuanto se baja del tren.

Antes de comenzar la presentación atiende pacientemente a todos lo que se le acercan y ya firma los primeros libros, con calma, pensando muy bien lo que va a dedicar a cada uno: nada de un “para ti, de tu amigo”, sino un texto, personal y personalizado. Se agradece mucho.

Viene para presentar su nueva novela, Un perro, y lo primero que hace es asegurarse de que todos podamos verlo bien, así que decide cambiar el sofá por un taburete. Alejandro Palomas dice que es difícil entrevistarle porque es poco obediente pero, disciplinas aparte, solo necesita que le digan una palabra para abrir su corazón y contarlo todo, sin complejos, sin vergüenza, como si estuviera rodeado de amigos. Afirma que en esta novela regresan todos los personajes de Una madre porque en realidad nunca se fueron y porque no quiere que se marchen: por suerte para todos los que le leemos parece que Amalia todavía tiene mucho que decir.

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